Quiénes pierden y quiénes ganan con la destitución de Cristina Ibarrola

Con la entrada del nuevo año, parece que se va reduciendo el incendio político por el cese de Cristina Ibarrola como alcaldesa de Iruñea. Incendio al que han contribuido aportando combustible en cantidades industriales Diario de Navarra y el resto de medios de la derecha y extrema derecha española.

Los artículos con titulares incendiarios con los que nos han obsequiado durante más de un mes, tenían como destinatario el PSN y por extensión el PSOE, intentando dividir a la sociedad entre “buenos y malos”. Y naturalmente detrás de todo esto estaba, la inaguantable realidad de que la derecha española por diferentes motivos es incapaz de pactar para “tocar poder”.

“Tocar poder” o sea gobernar, significa no solamente dirigir la acción de gobierno hacia sus principios ideológicos, sino principalmente hacia los proyectos que se costean con los presupuestos anuales que manejan los equipos de gobierno pagados entre toda/os, ya sean municipales, autonómicos o del gobierno del estado.

Y aquí es donde les duele… Si echamos un vistazo a los programas y proyectos municipales de Iruñea de UPN y del cuadripartito progresista de Asirón, sabremos cómo se invertirán dichos recursos económicos y a que sectores favorecen. La diferencia entre los dos grupos es más que notable.

El grupo progresista de Asirón nos ha informado que una de sus prioridades en esta legislatura serán las ayudas a la rehabilitación a todos los barrios de la ciudad, reforzando la capacidad financiera y las oficinas de rehabilitación municipales. Una pieza fundamental en las políticas de ahorro para la necesaria transición energética.

También en este dirección la ampliación de las zonas verdes de la ciudad, la culminación de los ekoparques de Aranzadi y Txantrea Sur y la plantación 25.000 nuevos árboles y arbustos en zonas verdes, parques y zonas naturales. El objetivo es convertir Iruñea en una ciudad bosque que sea resiliente a las altas temperaturas que cada verano van en aumento… “Un intento para combatir el fenómeno de las islas de calor y aportar más biodiversidad y sostenibilidad a nuestra ciudad”.

Por la otra parte, los proyectos municipales de UPN se basaban principalmente en inversiones en hormigón y facilidades al vehículo, donde quienes saldrían beneficiados principalmente sería el sector de la Industria de la Construcción y Obras Públicas de Navarra.

Algo vendido como progresista, fue el Plan Especial de Actuación Urbana del II Ensanche, que lo justificaban “para hacer el barrio más accesible y cómodo para la ciudadanía”.  Contemplaba actuaciones en la plaza de Merindades, en la antigua Estación de Autobuses y la plaza de La Paz, la plaza de la Libertad, la manzana del Mercado y las calles colindantes, la plaza Blanca de Navarra, la zona del Seminario y la de Telefónica y Misioneras. También planteaba la construcción de 5 aparcamientos en la antigua Estación de Autobuses, en la calle Olite, la plaza de la Cruz, la avenida Carlos III y la avenida Galicia.

El primero de ellos en construir sería en la Plaza de la Cruz, con la conocida contestación vecinal por la tala y trasplante de 41 árboles del entorno. Todas esas actuaciones de dudosa rentabilidad social, económica y ambiental. Así tenemos que cuando en las principales ciudades europeas se están sacando los vehículos de las mismas, UPN planteaba facilitar su acceso con fines naturalmente comerciales y no sostenibles.

También van en esa dirección cuestionable los proyectos del itinerario ciclista y peatonal de la cuesta de Beloso, las 5.000 viviendas en Donapea, eldesarrollo en la antigua fábrica de Matesa, la construcción de la Electrolinera en Lezkairu o la zona comercial en la Avenida, de Zaragoza.

Conocemos por sus hechos el urbanismo “progresista” de UPN y algo que les condena para siempre es la construcción de las torres para ricos en el antiguo colegio de los PP. Salesianos. Una aberración estética y contraria a los modelos de ciudad sostenible que recomienda Europa.

Podemos felicitarnos la ciudadanía  por el cambio del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Iruñea, dado que el programa de actuación anunciado beneficia a toda la ciudadanía y no así el de la alcaldesa “destronada”, que quienes engordaban serían los del gremio de la construcción.