“Resulta esperanzador el amplio consenso cosechado por el arsenal de medidas habilitadas por el ejecutivo para mantener el pulso de una economía que se enfrente a una perturbación sin precedentes según el Banco de España” rezaba la editorial. Unas páginas antes, como precedente de la misma, daba cuenta de las peticiones que el presidente de la entidad realizaba.
Estamos viviendo una pandemia muy dura. Muy dura porque hablamos de enfermos y muertos. Pero no podemos ignorar que esta es la primera pandemia y que tras ella vamos a padecer una segunda y no será tan dura pero si será mucho más larga.
Ya nos van avisando. Si el futuro económico es esperanzador para el Banco de España, echémonos a temblar. Es porque ve oportunidades de apropiarse de bienes que hasta ahora disfrutábamos los y las ciudadanas de a pie. La salida a la crisis va a ser bestial. Los de siempre vamos a pagar un precio enorme.
En ese escenario el capital quiere cogernos con las fuerzas débiles y para ello habla de sentimientos humanitarios para despistarnos, pero siempre insiste en temas económicos. Lo suyo; la pela. Siguen con la Bolsa. Qué les importan los y las muertas. Piensan en ERTEs y en qué invertir el dinero que el ejecutivo promete. En esta pandemia miles y miles perderemos el trabajo, el calor, la comida, lo indispensable para una vida digna.
Por esta crisis algunos y algunas van a perder todo. Lo decimos claro, todo. ¿No es el momento de empezar a hablar de un impuesto que facilite el reparto de lo necesario entre todos y todas?
¿No habría que plantearse por ejemplo un impuesto del 50 % para las personas que ganan más de un millón? ¿No estaría mal que el BBVA aportara a la salida de la crisis un par de miles de millones de lo “ganado” este año y todavía repartiría otro tanto ente montones de zánganos? No es una propuesta alocada si tenemos en cuenta que miles de conciudadanas van a perderlo todo, absolutamente todo.
Pero no, los oligarcas y sus medios a lo suyo. Se dedican a poner el acento de las medidas que el capital requiere para que sus beneficios y todo siga igual. La economía antepuesta a todo. Expresaba el presidente del BCE en el citado artículo “que la mayoría de los gobiernos han adoptado importantes medidas presupuestarias de apoyo a familias, autónomos y empresas que deberían amortiguar de manera sustancial el impacto de esta crisis, pero pide políticas fiscales “más ambiciosas”. La palabra ambición en boca del presidente de los capitalistas del Estado ya sabemos qué viene a decir, ¿no?
No hay que cansarse de lucharlo; primero, la vida. Esa premisa tiene enemigos manifiestos en el sistema capitalista actual. El Régimen y sus voceros trabajan duro para preservarse. Es deber de las mayorías trabajadoras ser conscientes y no regalar, en lo que nos ocupa, respiro a Diario de Navarra. No colabores, no lo compres.