Diario de Navarra publicaba el 25 de noviembre pasado “Que el analista y director de El Correo y ABC, José Antonio Zarzalejos, recibió el primer premio José Javier Uranga que concede la fundación Diario de Navarra”.
Los ex periodistas José Javier Uranga y José Antonio Zarzalejos merecen una reflexión histórica que se acerque a la verdad, al margen de lo que Diario de Navarra, como no podía ser de otra forma, nos quiere vender. También la merece el propio paródico, que por lo que se ve no renuncia a su negro pasado.
Empezando por Diario de Navarra, este medio fue crucial para que fuera posible el golpe de estado de Mola y Franco contra la República legalmente constituida. Su director en 1936 Raimundo García “Garcilaso”, colaboró activamente con Emilio Mola para promover el alzamiento fascista y hasta su muerte en 1962 defendió la dictadura. Participó intensamente en la conspiración contra la República y fue enlace civil del general Mola en 1936 y junto a él, autor del bando que llamaba a la sublevación armada el 19 de julio. También apoyó la causa de la Alemania Nazi durante la 2ª Guerra Mundial y fue admirador de Hitler.
Diario de Navarra no ha renunciado a su pasado golpista y mucho menos ha pedido perdón por ello, especialmente a los familiares de los más de 3.500 asesinatos cometidos en nuestra Comunidad, donde no existió frente de guerra. Prueba de ello es que en 1963 instituyó el Premio de Periodismo “Garcilaso” hasta 1971 y en 1984 hasta 2005 (que ahora han convertido en premio “José Javier Uranga”) en colaboración con la Universidad de Opus. En Alemania seguro que estaría ilegalizado.
José Javier Uranga, formó parte de una familia que en los años de la dictadura copó los cargos de más influencia de nuestra Comunidad, hasta el punto que se les conocía como el “Uranguesado”. En diciembre de 1962 hasta 1990, Uranga sustituyó al anterior director de Diario de Navarra, Raimundo García “Garcilaso”, tras su fallecimiento y siguió defendiendo los principios del Movimiento Nacional y el navarrismo feroz antivasco que le caracterizó.
Según cuenta Iván Giménez en el libro “El corralito foral, Las tripas del navarrismo: un ecosistema al servicio del capital”, los Urangas controlaron la Falange, Príncipe de Viana, Caja Rural, Caja Navarra y por supuesto, el “Diario de Navarra”. Todo esto naturalmente por la connivencia ideológica y de intereses con el gobierno golpista. También asegura Iván Gimenez que “En Navarra toda fortuna procede de una injusticia, cuando no de un crimen”.
Al premiado José Antonio Zarzalejos le vine de familia: Su padre en plena dictadura franquista llegó a ser fiscal de la Audiencia de Gasteiz, director general adjunto de Seguridad y delegado de Información y Turismo en Bilbo. En 1976 fue nombrado Gobernador Civil de Bizkaia y dimitió posteriormente, entre otras cosas por no estar de acuerdo con la legalización de la ikurriña.
José Antonio Zarzalejos empezó su trayectoria periodística como colaborador de La Gaceta del Norte, periódico que apoyó el alzamiento. Luego paso al Correo (antes El Correo Español – el Pueblo Vaso). Por estar amenazado por ETA, abandona la CAV y se instaló en Madrid como director editorial del Grupo Correo. En 1999 le nombraron director de ABC. También fue secretario general del grupo Vocento. Como se ve, todos los medios en los que trabajó tienen un común tufillo derechoso y cercano al golpismo. Al recibir el premio dijo “que José Javier Uranga militó en el mejor periodismo independiente” (parece broma).
Tanto a José Javier Uranga como a José Antonio Zarzalejos, les une una ideología posfranquista, sobre todo antivasca, un nacionalismo español y un periodismo militante en defensa de los intereses de unas castas herederas del botín que les proporcionó la victoria contra la República. Por esto no es extraño que la fundación Diario de Navarra le haya concedido el primer premio “José Javier Uranga” a José Antonio Zarzalejos
Diario de Navarra cabalga hacia el futuro a lomos de un pasado que les incomoda y les persigue. El filósofo clásico Michael Foucault ya señaló que este fenómeno es general, que “cualquier guerra sigue vigente y determina las actuales relaciones de poder”. No les bastará remodelar el medio dando aspecto más actual, porque su trayectoria, ideología e intereses de clase que defienden persisten.