Al citado titular de la edición especial le seguía también lo de «De tu blusa y tu bandera, pues si rojo es el color…» En el interior aparecía una carta de opinión y el texto «Mi momento con Osasuna… en la parte superior de las páginas del periódico de hoy se tiñen de sentimiento rojillo con nombres de la sociedad navarra que aportan su primer recuerdo del club centenario». También han publicado un suplemento de 72 páginas a todo color titulado «Un viaje centenario…». Naturalmente esto vende y hay que apoyarlo…
Y está bien, dado que no es muy común llegar a los 100 años de existencia de un club que represente a Navarra y que además conserva el nombre euskaldun que le pusieron sus fundadores; Osasuna (Salud, fuerza y vigor). Además, es el único equipo vasco de fútbol profesional que lleva su nombre en euskara. Si se hubiera fundado en los 20 últimos años, no hubiera sido nada fácil llamarle con un nombre de la tierra, porque los enemigos internos de la historia de Navarra -los amigos del Conde de Lerín- lo habrían impedido.
En estos 100 años, Osasuna ha paseado la navarridad por los campos de fútbol de toda la geografía ibérica, donde generalmente en las crónicas de los partidos de fútbol se aludía a la nobleza de que hacían gala, representando este valor de nuestra tierra. Pero en ese tiempo no todo ha sido trigo limpio… Recordemos la repugnante gestión de ex presidentes, ex directivos y ex empleados de Osasuna, por lo que fueron condenados por las cuotas defraudadas en los ejercicios fiscales de 2011, 2012, 2013 y 2014, amaño de partidos y por meter la mano en la caja. La sentencia condenaba al ex gerente Ángel María Vizcay y a los ex directivos Miguel Archanco, Juan Antonio Pascual, Jesús Peralta, Sancho Bandrés… La mayoría cercanos al periódico de Cordovilla y por supuesto de la misma ideología.
Política, represión y memoria histórica
Lo que sí ha estado oculto durante años de la historia de Osasuna es, sus comienzos a partir de 1920 y sobre todo el periplo durante los años dolorosos en periodos de la República y del Alzamiento fascista de los militares, con Franco y la Iglesia Católica a la cabeza. De esto no habla ni ha hablado Diario de Navarra, porque precisamente formaban parte como instigadores de aquellos trágicos acontecimientos que afectaron a los fundadores y directivos posteriores de Osasuna.
Con ocasión de celebrarse el Centenario, se ha proyectado luz sobre los hechos que han permanecido silenciados después de que terminara la dictadura franquista y que suponen el rescate de la Memoria Histórica de aquellos primeros entusiastas osasunistas.
Es de agradecer que se hayan publicado libros y textos que nos cuentan la historia de la fundación del Club hacia 1920, donde un grupo de amigos lo refundaron con un nombre nuevo y en euskera, Osasuna. Eladio Zilbeti, Txomin Meaurio e Ignacio Perillán elevaron su propuesta a la asamblea del club, donde fue aceptada. Todos ellos sufrieron represalias tras el golpe de 1936.
Hoy sabemos que la directiva de Osasuna y su entorno participaban en asociaciones vasquistas, porque consideraban que Navarra formaba parte de Euskal Herria. Algunos de ellos son Antonio Leoz, Francisco Altadill, Txomin Meaurio, Néstor Aldave, Eladio Zilbeti, Fortunato Aguirre, Martín Goñi, Pablo Archanco, Cristóbal Manso, Isaac Echauri, Pedro Ardaiz, Estanislao Aranzadi, Estanislao Goiburu, Severiano Goiburu, Catachú, Cuqui Bienzobas, Oyaneder… Eran gente muy activa y vitalista que apoyaba el Euskera y las iniciativas culturales vascas. De ahí viene el «Osasuna, Beti Aurrera».
El levantamiento fascista de 1936 trajo numerosos asesinatos en Navarra, entre ellos y ligados a Osasuna, Fortunato Aguirre, Natalio Cayuela, Ramón Bengaray, Alberto Lorenzo, Eladio Zilbeti, Andrés Jaso y Filomeno Urdíroz. Otros sufrieron penas de cárcel y exilio, como Carmelo Monzón, Txomin Meaurio, Juanín Bilbao, Francisco o Vicente Rey.
Extraña que el Club Osasuna y su Junta Directiva al frente, no haga en su Centenario un reconocimiento a aquellas magníficas personas ligadas al Club en sus inicios y que la dictadura sesgó sus vidas y en otros casos los torturaron, encarcelaron, exiliaron y también se olvidó de ellos. Aunque tarde, sería un pequeño paso necesario, porque de no hacerlo, se mantendría el silencio oficial cómplice que ha durado demasiados años. En esto nunca colaboró ni colaborará Diario de Navarra y muy especialmente quien fuera su director, el fascista Raimundo García Garcilaso.
Que tomen ejemplo de las asociaciones Sadar Bizirik, Amapola del Camino, Affna 36 Nafse, Osasunaren Memoria, Txinparta y Gorritxo Peñen Elkartea que manifestaron recientemente; “merecen honor y gloria para siempre por parte del osasunismo”, a la vez que reclamaron la deuda que tiene el Club con sus fundadores.