Nador-Melilla, viernes 24 de junio, decenas de personas mueren en la frontera sur a consecuencia de su violencia esta vez ejercida por las policías marroquiés y españolas en total connivencia. Otras muchas resultan heridas. Las imágenes de la masacre corren como la pólvora por internet. Los datos que se van confirmando dan muestra de la dimensión del horror.
Diario de Navarra al día siguiente, el 25 de junio, lo lleva a sus páginas, a su manera: Dieciocho inmigrantes mueren en un violento asalto a la valla de Melilla fue el titular. Criminalización de las gentes que huyen de la guerra y la miseria desde el minuto uno.
Ya en el cuerpo del artículo seguía toda una artillería retórica: asalto masivo, irregulares, “sin papeles”, batalla campal, oleada contra las dos ciudades africanas, grupo asaltante muy organizado, inmigrantes especialmente violentos… Lenguaje de guerra que busca la deshumanización y expande un marco de opinión criminal.
El citado artículo insistía en que las muertes se produjeron al otro lado de la frontera, desatendiendo en sus informaciones la responsabilidad del estado español en la masacre. Devoluciones en caliente, complicidad, permisividad a agentes marroquíes que cruzaron la frontera para golpear y detener a migrantes, las actitudes cómplices de la Guardia Civil y Policía Nacional no se vieron retratadas en las informaciones lanzadas desde Cordovilla.
Para enmarcar, la siguiente afirmación: Las fuerzas del país norteafricano tuvieron que volver a emplearse a fondo para evitar las oleadas contra las dos ciudades africanas. Podríamos escribir una tesis sobre las implicaciones que tiene esta frase en un contexto como el de los sucesos que nos ocupan pero pondremos el acento en lo siguiente: estos tipos de mensajes son los que Diario de Navarra difunde cada día a miles de navarros y navarras.
Es sabido que nuestros gobiernos y sus políticas se lavan las manos vía externalización de las fronteras de su responsabilidad en estas situaciones provocadas por décadas de expolio y explotación del norte hacia el sur, por maniobras imperialistas de la geopolítica y sus guerras para mantener el (des)orden neoliberal. Todo ello necesita de arietes cómplices como el poder mediático que representa Diario de Navarra.
En ese sentido encontramos también el despiece que en la citada página del 25 de junio dedicaron a las declaraciones ofrecidas por Sánchez el mismo día de los sucesos bajo el titular Sánchez agradece a Marruecos que se haya “empleado a fondo”. El presidente del Gobierno Español y Marruecos elogiados en una columna que entrecomillaba citas para su interés y lanzaba motu propio artefactos tales como: mafias que trafican con seres humanos, desviando así una vez más el fondo de la cuestión.
El día 26 Diario de Navarra recogió la voz de ONGs como la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) o activistas de la ciudad marroquí de Nador. Un artículo que relataba en parte el trato sufrido por las víctimas de la frontera. Eso sí, poniendo el foco sobre Marruecos y sin hacer referencia a las fuerzas españolas. Una vez más un “Violento y organizado” en negrita y como epígrafe destacado.
En este análisis no podíamos dejar de lado los silenciamientos que ha hecho Diario de Navarra de las movilizaciones que han seguido a la masacre. El mismo lunes una nutrida concentración frente a la sede del PSN en el paseo Sarasate llevaba a las calles la indignación y repulsa por los hechos y la denuncia de la política migratoria racista. También en otras localidades de Nafarroa se realizaron movilizaciones. Diario de Navarra silenció a todas.
Hoy mismo las calles de diferentes localidades de Nafarroa gritarán de nuevo que las vidas negras importan. Veremos si las páginas de Diario de Navarra atienden esta reivindicación, les da espacio y el periódico revierte aunque sea en pequeña medida el racismo latente en su quehacer mediático. Ocurrió con Tarajal y ha pasado con Melilla, sin olvidar todo lo demás.
Sospechamos que las vidas de las miles de personas que se ven forzadas a partir, y muchas veces a morir, en medio de los flujos migratorios provocados por este mundo neoliberal seguirán sin importar en la redacción de Cordovilla en comparación con los intereses del poder. Ojalá nos equivoquemos.