Menos batallas de Noain, más coche eléctrico

El parlamentario de Navarra Suma Iñaki Iriarte, publicaba recientemente, en Diario de Navarra, un artículo de opinión titulado “Menos batallas de Noain, más coche eléctrico”. No tiene desperdicio. Veamos.

El sr. Iriarte desvela la ideología carca españolista de la formación política a la que pertenece. Sobre todo, le molesta que la Batalla de Noain, de la que ahora conmemoramos su 500º aniversario, ni pase desapercibida, ni su olvido alcance a muchos de nosotros. Además, a su enfado han contribuido, sin duda, la buena aceptación y participación de los actos programados durante este año por la Plataforma “Noain 500 urte”.

Este elemento de la derecha franquista en el Parlamento Foral, pretende ridiculizar a quienes no hemos olvidado nuestras raíces históricas y culturales, a la vez que mantiene que lo importante ahora son las “habas”, y no lo pasado. Nosotros pensamos que ambas cuestiones son compatibles y que una no tiene que rechazar a la otra.

Pero, ¿Por qué irrita tanto a Iñaki Iriarte el que algunos navarros no renunciemos a nuestro pasado, y no creamos las historietas manipuladas que nos han llegado, y nos llegan, del bando vencedor? Muy sencillo: es muy difícil para un estado imperialista doblegar y oprimir a un pueblo, si este no renuncia a sus raíces. Lo primero que trataron de eliminar los conquistadores fue el idioma. Tras él vinieron la cultura, la historia, la religión y la idea de pertenencia a un pueblo. Y una de las herramientas más frecuentes para este trabajo consistía en ridiculizar los valores de los pueblos conquistados. Algo parecido pretende Iñaki Iriarte refiriéndose a una parte de los navarros:“Nosotros que inventamos la democracia, el derecho moderno, la gaseosa…, nosotros que somos el pueblo mas bueno y antiguo del mundo… y hete ahora convertidos en unos mingundis, todo por culpa de la dichosa batalla”.

No creo que en Navarra se inventara la democracia, pero cierto fue que los reyes que nos gobernaron, tenían que jurar los fueros navarros para ser investidos. También desarrollamos formas participativas como son el Batzarre y el Auzolan. No inventamos el derecho moderno, cierto, pero si el derecho Pirenaico, mucho más democrático, y que, a diferencia del derecho Romano vertical, recogía que la costumbre se hiciera Ley. Tampoco creo que seamos los más buenos del mundo, pero cierto es que no hemos conquistado a nadie. Y respecto a inventar la gaseosa… no está claro quién lo hizo, pero tenemos el orgullo de saber que en Navarra se han creado exquisitos platos, como el ajoarriero, el cordero en chilindrón, la tortilla de patata, las pochas, o el licor del patxaran. No se puede decir que no nos guste la cocina.

Para muchos navarros, no hay duda de que la derrota de las tropas navarras en Noain, en 1521, condicionó un futuro al que ahora vivimos. La pérdida de independencia política, la casi desaparición de nuestros Fueros, la situación del Euskera, la dependencia en casi todo de Madrid, etc, tuvieron su origen en aquella derrota. A partir de aquel momento, la capacidad de autonomía de Navarra para decidir cómo queremos ser, organizarnos y gobernarnos fue reduciéndose siglo a siglo hasta el día de hoy.

El sentirse navarro antes que español está muy arraigado en nuestra Comunidad. De hecho, más del 50% de los navarros a quienes se pregunta lo cree así. Es un sentimiento que representa un muro para las aspiraciones centralistas de la oligarquía española, que no esconden más que sus constantes intentos de controlar el poder político e institucional, que les abra las puertas a beneficios económicos y sociales. Una simple cuestión de negocios.

El proyecto político, y el ideario de Navarra Suma, caminan en esa dirección y, por desgracia para ellos, los navarros les hemos dado la espalda. Sabemos que con la ayuda de Diario de Navarra, no cederán en su empeño de recuperar tiempos pasados, los de la corrupción habida con Miguel Sanz o Barcina de mandamases. No olvidaremos la desaparición de la Caja de Ahorros de Navarra, los despilfarros en obras públicas con peajes a la sombra y, sobre todo, la delirante deuda pública que nos dejaron de la que Iriarte, tan preocupado por las “habas”, no hace memoria. ¿No será que son otras, las habas que llaman su atención?.