Reclamaba que si fallan estas medias «se hace necesario combinarlas con un giro en la política fiscal, de forma que las inversiones públicas recobren protagonismo». Osea que con los impuestos de la mayoría financiemos al sistema.
Esa filosofía de crecimiento ininterrumpido que propone y ha propuesto siempre el periódico de Cordovilla, no funciona del mismo modo en todas las naciones. Si nos fijamos en Japón, su economía arrastra un estancamiento crónico desde principios de la década de los noventa… y no pasa nada.
Diario de Navarra cree, al igual que la mayoría de los medios de comunicación, que es posible y necesario un crecimiento continuado de la economía. Esto conllevaría también el crecimiento de otros aspectos relacionados con la misma, como son: la producción, el consumo de materias primas, cada vez más escasas. En la misma línea el aumento de la natalidad, la emigración, el consumo masivo de bienes y servicios, incluido el del agua. De los desplazamientos, sean para el comercio internacional o como de ocio y vacacional… y un largo etc.
Está visto que los apologetas del crecimiento ininterrumpido no quieren enterarse de que vivimos en un planeta que tiene unos límites físicos, de biodiversidad, de recursos materiales y que por mucho que el sistema con su lógica de «cada vez más y que siga la fiesta…» insista en seguir creciendo, esto no va a ser posible. Y no va a suceder porque lo impedirá el choque entre su lógica sistémica y la realidad del Planeta Tierra con sus limitaciones y la creciente e ininterrumpida explosión demográfica mundial. Somos 7.800 millones de habitantes y con la proyección actual se ampliarán hasta los 10.000 millones en 2050.
El sistema que ha funcionado despreocupadamente de lo que le pasaba a nivel ambiental y de sostenibilidad, principalmente en los últimos 200 años, está recogiendo ahora el resultado de esa inconsciencia criminal en forma de aumento de las temperaturas por el cambio climático, la preocupante reducción de la biodiversidad, el aumento de los estragos en forma catástrofes, inundaciones, sequías, contaminación, incendios… y otras calamidades… y lo peor es que sin duda esto irá en aumento.
Nos gustaría (aunque es impensable) que se planteara el que en nuestra Comunidad los gases de efecto invernadero crecieron por tercer año consecutivo y tuvieron un incremento del 3,8% en 2017, último año conocido. También que, además de su preocupación por la incertidumbre que pesa sobre la industria del automóvil (naturalmente pensando en Volkswagen Navarra), desenmascare como lo hace Greenpeace, el que dentro de los doce fabricantes de automóviles más contaminantes del mundo, el mayor emisor es el grupo Volkswagen, con un importante impacto en el clima. También podría incidir en los motores trucados para trampear las emisiones de 11 millones de vehículos y que a pesar de su retórica verde, Volkswagen se opone a dos normativas europeas vitales en materia de cambio climático… Pero esto sería pedirles demasiado.
Mientras el Planeta Tierra está en situación de Emergencia Climática, Diario de Navarra y otros medios semejantes, siguen creyendo que la solución está en que siga creciendo la economía.