Recientemente, Álvaro Miranda escribió en Diario de Navarra: “Sólo le pido a Dios vivir lo suficiente para ver el TAV”, refiriéndose a un comentario escuchado a un jubilado en un bar. También afirmó A.M. que “Navarra carece de una de las infraestructuras más transformadoras, social y económicamente hablando”. Sin embargo, sus observaciones siendo miembro del Tin Tank navarro “Institución Futuro”, no parecen desinteresadas ni alineadas con las reales necesidades de la Comunidad.
También advirtió que “los navarros no podemos esperar más”, instando al Gobierno foral a dejar de ser sumiso ante Madrid. Su lenguaje alarmista y sus epítetos sobre el futuro de Navarra suscitan dudas, ya que parecen más bien una opinión sesgada y no un reflejo de la opinión pública. Además, resulta inquietante que “Institución Futuro”, un órgano de presión mediática de la derecha navarra, pretenda adoctrinar a la población sobre lo que realmente necesita en términos de infraestructuras.
La ciudadanía navarra intuye que las inversiones en el TAV son un despilfarro, ya que hasta ahora se han destinado más de 170 millones de euros, mientras los servicios públicos siguen deteriorándose. También es consciente del grave impacto ambiental que generan estas obras, desde la destrucción de biodiversidad, hasta el aumento de emisiones de CO2. Esto en contraposición a los esfuerzos globales por reducir la huella de carbono.
Además, se observan movimientos especulativos en la Comarca de Pamplona, que podrían alterar la dinámica económica y social de la región, incluyendo la pérdida de tierras cultivables y con el deterioro de zonas protegidas. Estos son argumentos contundentes en contra de infraestructuras como el TAV, que nadie excepto la derecha ha pedido.
La ciudadanía prefiere un servicio público de trenes de cercanías en lugar de un TAV elitista, al que considera un proyecto inútil desde los ámbitos social, económico y ambiental. No es de recibo que nunca se haya consultado a la sociedad sobre la implantación del TAV, a pesar de que su coste es financiado por todos, no solo por miembros de la “Institución Futuro”.
El mismo individuo que desde su púlpito en DN reclama nuevamente la finalización de las obras del TAV, es uno de los políticos navarros que más ha capitalizado económicamente su paso por la función pública. Examinemos su trayectoria e integridad moral de este persistente incombustible:
1984. Gerencia de la Mancomunidad de Montejurra..
1986-1996, Director Técnico de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona.
1996-2004, Director General de Obras Públicas del Gobierno de Navarra.
2004, Consejero del Departamento de Obras Públicas.
2007. Vicepresidente 2º del Gobierno de Navarra y Consejero de Economía y Hacienda.
2011. Designado para el mismo cargo.
2012-2021. Se reincorporó a la MCP.
También ocupó puestos como presidente de Audenasa, Ciudad del Transporte, Nafinco, Sprin, Tracasa, Fundación Itoiz-Canal de Navarra, Corporación de Empresa Pública de Navarra. Fue miembro de las Fundaciones Canal de Navarra SA, Sodena y Moderna… Casi nada… aunque todos esos cargos no le impidieron en 2008 naufragar, al hundirse su barca en el embalse de Itoitz
Álvaro Miranda fue imputado por haber cobrado dietas por un total de 27.472 euros de la Junta de Fundadores de la CAN, por reuniones a las que no asistió o asistía a reuniones por duplicado cuya novedad era que no había novedad y cobrar miles de euros junto Barcina, Maya… También nos gustaría conocer el monto que recibió al jubilarse del irregular Plan de Pensiones de SCPSA-MCP, el cual, a diferencia de otros planes, es financiado por todos nosotros a través de los recibos de agua y residuos.