La macrogranja de Caparroso contamina y Diario de Navarra intoxica

Durante las últimas semanas la macro explotación vacuna de Caparroso ha saltado a la agenda mediática por las diversas afecciones que tiene a nivel ambiental, económico y social. Diario de Navarra ha obrado de parte posicionándose en su tratamiento en favor del empresariado

La empresa de Valle de Odieta/HTN Biogás situada en Caparroso, es propietaria de la macrogranja de vacuno y de una planta contigua para la producción de biogás.

A principios de este año saltó a la opinión pública el escándalo por los reiterados vertidos masivos de purines – digestatos denunciados por vecinos y ecologistas, que exigieron la paralización de la macrogranja. Esos vertidos que venía realizando en una finca de su propiedad prodecentes de la macrogranja y de la fabricación de biogás, acababan en la Zona de Especial Conservación (ZEC tramos bajos de los ríos Aragón y Arga) vinculada a la red Natura 2000, en el término municipal de Marcilla. El clamor generado por la noticia, que ha sido recogida ampliamente en numerosos medios estatales, ha salpicado además de a la empresa, al Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra y también a los Ayuntamientos de la zona; Villafranca, Caparroso y Marcilla.

Diario de Navarra, como fiel lacayo del empresariado, recogió las noticias tardiamente y sin mucho entusiasmo, dando prioridad a las que procedían de las instituciones y de la empresa. No es de extrañar ya que Valle de Odieta/HTN Biogás tiene un importante peso económico en nuestra Comunidad y el implicado alcalde de Marcilla lo es por Navarra+.

Valle de Odieta/HTN Biogás ha estado aguantando sin paraguas lo que le llovía, hasta que no ha tenido más remedio que intentar frenarlo acudiendo a especialistas en imagen de empresa para que le montara una campaña que recompusiera su ya muy deteriorada imagen. Diario de Navarra no ha quedado al margen de ese propósito y les ha echado una mano publicando información favorable e incluso entrevistando al director gerente de la empresa, Alberto Guerendiain.

En dicha entrevista ese personaje mentía descaradamente calificando la vaquería de “biogranja”, cuando no lo es y que si insiste asegurándolo, puede ser denunciado a las autoridades competentes. Tambien aseguraba que “No es una macrogranja. Ese término se acuñó para dañar la imagen”. Pero… ¿cómo se puede calificar entonces a una vaquería industrial con cerca de 7.000 vacas hacinadas? ¿Acaso se le puede llamar “explotación extensiva o familiar…? También decía que “No se ha dado ningún vertido en ningún momento. De ser ciertas estas acusaciones se hubiera puesto la correspondiente denuncia y eso, a día de hoy, no ha ocurrido”. Sin embargo, tenemos constancia de que Medio Ambiente del Gobierno de Navarra tenía ya conocimiento de esos vertidos por lo menos desde enero de 2020 y que los vecinos, grupos ecologistas y el propio alcalde de Marcilla pudieron comprobarlo in situ en la visita que hicieron a la zona afectada en el mes de febrero. Por otra parte, el colectivo ecologista LURRA denunció dichos vertidos a la Fiscal de Medio Ambiente, denuncia admitida a trámite, así mismo está la intención anunciada por Medio Ambiente de realizar una denuncia similar, que en este momento está en periodo de recogida de pruebas.

Alberto Guerendiain aseguraba en la entrevista que lo ocurrido era “simplemente un tema político y de diferencias de modelo entre el suyo y el de Medio Ambiente…”. Efectivamente, pudiera ser un tema político… porque durante las legislaturas en que gobernó UPN, se saltaron todas las recomendaciones y limitaciones que les exigían la Autorizacion Ambiental Integrada (AAI) concedida para su funcionamiento y no recibieron en ese período sanciónes de importancia. Fruto de ello fue, que con el cambio de Gobierno en la legislatura pasada les llovieron 19 expedientes sancionadores.

Las corruptelas de la empresa

Valle de Odieta/HTN Biogás ha funcionado desde su nacimiento parecido a un cartel mafioso. Esto ha sido posible por la convivencia entre dicha empresa y el partido UPN en el Gobierno y en algunos ayuntamientos en legislaturas pasadas. Así, sin ser vecinos del pueblo, consiguieron por parte del Ayuntamiento de Caparroso y de forma escandalosa, la cesión de 612.226 m2 de terrenos comunales durante 30 años, prorrogables en otros 30 para instalar la empresa. El precio que paga por ello es de 5.750 euros anuales. ¡A ver que vecino consigue semejante chollo en esas condiciones…!

Podíamos seguir con muchas otras irregularidades, como que han estado diez años consumiendo cantidades ingentes de agua, cuando solo tenían concesión por parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro para 320 vacas lecheras, de las 3.450 existentes, que posteriormente fueron aumentando.  Hecho por el que han sido denunciados a la CHE por el grupo ecologista navarro URBIZI. O que instalaron un sistema de vertidos líquidos de purines y digestatos a través de “Pivots”… práctica prohibida en la AAI concedida. Para la empresa todo eso no importaba y naturalmente siguió adelante con sus propósitos. La realidad es que la empresa estuvo durante varios años funcionando sin la obligatoria AAI.

En la entrevista de Diario de Navarra, Alberto Guerendiain reconoce que actualmente tiene 5.200 vacas lecheras en la instalación, cuando el máximo permitido es de 3.450, pero lo que no dice es que desde el año 2013 supera el máximo permitido, llegando a tener en el año 2017, 5.441 vacas lecheras, a pesar de los continuos requerimientos de Medio Ambiente para que redujera el número de cabezas de ganado. Los reiterados incumplimientos de la AAI no son hechos puntuales sino una práctica habitual.

La empresa ha llegado a tal punto de “aquí se hace lo que yo digo…”, que en una campaña de intimidación para crear temor en la zona y evitar denuncias, han llegado a detener momentáneamente e interrogar a personas que visitaban el entorno en vehículos por caminos vecinales y públicos.

Naturalmente Diario de Navarra no ha querido hacerse eco de todo esto y mucho más que hay detrás, prefiriendo colaborar en limpiar la imagen de una empresa, que nos está contaminando los suelos, el agua y el aire.

Los riesgos sanitarios y contaminantes de esa instalación pueden llevar a una situación insostenible en la Zona Media y Ribera de Navarra, especialmente ahora que el Juez les ha concedido ampliar la macrogranja a 7.200 vacas. Es insultante el saqueo ambiental producido y la política de hechos consumados. Lo que nos faltaba era el lavado “verde y sostenible” de la empresa con la colaboración del Diario de Navarra.