La derecha espumajea patidifusa con Víctor Eusa

Quien más destaca en el coro de dolientes plañideras es, una vez más, el Diario de Navarra, que en su ejemplar del 16 de abril, publica una excelsa carta del inefable José María Aracama.

El anuncio de que el Ayuntamiento de Iruña va a retirar la denominación de dos calles y una plaza, cuyos nombres se corresponden con personas vinculadas con el golpe y la dictadura franquista, ha suscitado virulentas reacciones entre las filas de la derecha “navarrensis”. Sobre todo en la que se refiere a Víctor Eusa, arquitecto.

Así, UPN y el Colegio de Arquitectos han realizado sendos comunicados en los que muestran su indignación por desposeer del honor de dar el nombre a una calle, a un personaje “decisivo en el desarrollo y la imagen de la ciudad”. Poniendo en valor sus logros como arquitecto y planificador urbanista.

Quien más destaca en el coro de dolientes plañideras es, una vez más, el Diario de Navarra, que en su ejemplar del 16 de abril, publica una excelsa carta del inefable José María Aracama.

Mientras el Colegio de Arquitectos y UPN, silencian el pasado de Eusa como golpista y franquista, Aracama lo reconoce abiertamente, para seguidamente afirmar: ¿Y qué? ¿Debe ser retirado de la memoria urbana un arquitecto porque vivió su tiempo con las ideas de su época?

Hasta ahora, el que fuera consejero de Economía y Hacienda con el gobierno de Miguel Sanz en los años 1996 a 1999 (por cierto que pasó sin pena ni gloria), se había limitado a ejercer de “chamán” de las políticas neoliberales (menos impuestos para los empresarios, menos gasto público, libertad de mercado…), desde su pulpito de vicepresidente de Institución Futuro, y de mostrar su admiración por el gobierno de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Diaz Ayuso. Con el opúsculo publicado en defensa de la memoria de Víctor Eusa, se desprende de toda careta y da rienda suelta al fascista que lleva dentro.

Reconoce que Víctor Eusa no sólo utilizó la pluma y el papel para pergeñar planos de viviendas, sino también para elaborar las listas de personas que debían ser eliminadas, encarceladas, desposeídas de sus bienes durante el golpe insurreccional contra la II República.

Así desempeñó su papel como componente de la Junta Central Carlista de Navarra en julio de 1936. De esta Junta, cuya sede se encontraba en el edificio de los Escolapios y más tarde en la misma Diputación, partían las órdenes para eliminar a los desafectos al golpe. Ordenes llevadas a cabo por los grupos de pistoleros de Falange y Requeté en toda Navarra, con el resultado de más de 3.500 personas asesinadas, sin que hubiera frente de guerra.

Como premio a su labor represora, fue nombrado arquitecto municipal tras la victoria de los golpistas y la instauración de la dictadura franquista. Desde donde configuró una ciudad acorde con la ideología política dominante.

Todo esto no es negado por Aracama, sino que le da igual, y además lo justifica afirmando que Eusa fue un hijo de…su época. ¡Claro que sí! Un hijo de …su tiempo igual que Hitler, Mussolini, Franco, Mola… Pero el coincidir en los tiempos del auge de los fascismos en la primera mitad del siglo XX, no exonera a ninguno de ser unos genocidas, ni de los terribles crímenes cometidos contra la humanidad.

Esa condición de verdugo que tuvo Eusa, además revestida de la impunidad con que se ha arropado a los crímenes del franquismo, debe prevalecer sobre su condición de arquitecto.

Pero es que, además de su actuación como victimario carlista en el alzamiento reaccionario en Navarra. También hay que cuestionar su valor como arquitecto.

Víctor Eusa fue arquitecto desde 1920, cuando esos estudios estaban restringidos para las clases pudientes de la sociedad navarra. Su pertenencia a las elites económicas y sociales de la ciudad se consolidó por su matrimonio con una de las hijas del empresario Carlos Eugui Barriola, una de las mayores fortunas de Navarra. Siempre perteneció fiel a su clase burguesa.

Su arquitectura responde a la ideología del nacionalcatolicismo y de una España Imperial. Es una arquitectura que potencia los principios clásicos cristianos de una manera desnuda, masiva y proporcionada, al modo romano. Buena prueba de todo ello es el edificio del Seminario Diocesano, con su tremenda cruz; el Monumento a los Caídos por Dios y por la Patria; la Iglesia de los Paules; el colegio Escolapios; la horrorosa serpiente en forma de cruz en el centro de la plaza sin nombre donde está el Instituto….

Sin olvidar que su rol era elaborar proyectos, los que realmente levantaban y construían los edificios eran los obreros. Los olvidados de la historia, Los que se merecen de verdad la dedicación de calles.

Como arquitecto municipal Eusa, contribuyó a planificar una ciudad con una claro contenido clasista. Diferenciando un centro (II Ensanche), ordenado para las clases pudientes, de la periferia destinada a las clases subalternas.

La práctica urbanística y arquitectónica no es neutra, posee ideología. Detrás de todo plan de ordenación urbana hay unos intereses de clase determinados. La arquitectura y la planificación urbanística de Víctor Eusa, responde a la ideología del nacionalcatolicismo, variante española del fascismo. Con la presencia asfixiante de la Iglesia, con la apropiación de los centros urbanos para las clases pudientes, con el desplazamientos a los extrarradios de las clases desposeídas.

Por eso es valorado y adorado por los de su cuerda: UPN, el Colegio de Arquitectos, el Diario de Navarra, Aracama…Lo defienden como uno de los suyos, sin importarles desgajarse de toda supuesta corrección demócrata, mostrándose como lo que son: unos fascistas, todos ellos hijos de …su tiempo.