En el ejemplar del Diario de Navarra correspondiente al día 17 de julio se incluye una entrevista al alcalde Maya que es un manual de apología del autoritarismo y fascismo en la práctica municipal.
Una de las características del nazismo es el de utilizar la mentira y atribuir a los “otros” la autoría de sus propias tropelías.
Así, para justificar la invasión de Polonia, que significó el inicio de la II Guerra Mundial, un comando de las SS con uniformes polacos atacaron la estación radiofónica de Gliwice en la Alta Silesia en agosto de 1939. El mensaje era claro: los polacos nos invaden y agreden; el III Reich tenían el deber de defender al pueblo alemán agredido. La invasión de Polonia estaba, de esa manera, justificada y legitimada.
Igualmente utilizaron el incendio del Reichstag, en febrero de 1933, para culpar de ello a los comunistas y consolidar su poder. Así consiguieron pasar del 3% de los votos en diciembre de 1924, al 43,91% de los votos en marzo de 1933.
En el Estado español, son suficientemente conocidas las mentiras de los militares golpistas sobre el bombardeo de Gernika por la aviación nazi, atribuyéndolo a los propios nacionalistas y comunistas del Frente Popular. Mentiras en las que el Diario de Navarra actuó de leal vocero de los fascistas.
El alcalde Maya, sigue esta forma de actuación y no duda en atribuir a los “otros”, a los que también denomina como “izquierda abertzale”, y “EH Bildu”, las actuaciones antidemocráticas que él y su grupo Navarra Suma llevan a cabo de forma cotidiana, gracias a la toma del poder del equipo de gobierno municipal que, en su día, obtuvo gracias al PSN.
Lo ocurrido durante la procesión del día 7, fue una operación orquestada por Bildu y la Federación de Peñas. La prueba: “las sonrisas de Asirón”; que se gritase “UPN kanpora!” o se cantase “Euskalherria” (sic).
Desde luego los Nazis eran mejores fabuladores y vestían mejor sus mentiras que el pueril Maya. O una de dos, o el alcalde considera a todo el mundo infectado por el virus de la imbecilidad, o su capacidad intelectual no le da para argumentar con mayor fundamento sus falacias.
Por supuesto, la constatada agresión que realizó el policía municipal lanzando un puñetazo al público y que dio lugar a una respuesta en forma de puñetazo en su nariz, no merece ninguna consideración para el perspicaz edil, que lo tiene claro, no sale de esta reflexión (más bien silogismo de alumnado de primaria): “¿Qué partidos condenaron lo que pasó? Bildu, no. ¿Qué partido no condena la violencia de ETA? Bildu. ¿Quién se pone al margen de lo que la mayoría de la sociedad quiere? La izquierda abertzale”
Según el ínclito edil, el elegir a la persona para lanzar el txupinazo a dedo es un acto de alto contenido democrático. El que lo sea por votación popular no significa ningún ejercicio de participación ciudadana. ¡Cómo vas a comparar la decisión de un alcalde elegido por 43.000 votantes, con una participación abierta a la población en la que posiblemente sólo participen 7.000 personas! ¡Faltaría más! El que sea elegida por turnos por los diferentes grupos, pues tampoco, que eso es viejuno.
Con el argumento de que ya nos votan en las elecciones, la derechona franquista ha escamoteado cualquier decisión democrática sobre la monarquía o república; sobre el amejoramiento navarro; sobre el derecho de autodeterminación, y tantas y tantas decisiones que deberían haber sido sometidas a refrendo de la ciudadanía y cuyo escamoteo constituye una de las señas de identidad de la baja calidad de la “democracia española”.
Con estas declaraciones, el Sr, Maya da muestras de su talante autoritario. Para él, los conceptos “municipalismo”, “participación ciudadana”, “democracia participativa”, “gestión por la ciudadanía de su intereses” …le son completamente ajenos y propios de otra galaxia.
Por mucho que la periodista del Diario de Navarra se esfuerce en mostrar una cara afable e incluso familiar del personaje, no consigue traspasar esa tristeza permanente y el tufillo a gerente de crematorio que desprende Maya.
Loable el esfuerzo del periódico de la derecha navarra por aupar a este personajillo para repetir en el puesto, ya que, por lo visto, no encuentran a otro mejor (lo que no parece nada difícil).
Lo único que denota seguridad el Sr. Maya, es cuando habla de “fascismo”. Esa palabra le viene a la mente, cada mañana, cuando se ve reflejado en el espejo.