En la sección del Diario de Navarra “El Rincón”, publicada el 22 de mayo, el director de ese medio, Miguel Ángel Riezu, arremete contra el nombramiento de Edurne Eginoa como directora de la Oficina de Buenas Prácticas y Anticorrupción de la Comunidad foral de Navarra.
Su diatriba va más allá del nombramiento, cuestionando abiertamente la utilidad de la misma Oficina de Buenas Prácticas y Anticorrupción, dudando de la conveniencia de su creación. Creación que no es de ahora, sino que fue creada por la Ley Foral 7/2018, de 17 de mayo, es decir de hace cuatro años.
¿Alguien sabe que aporta la Oficina Anticorrupción en una comunidad como la nuestra? Se pregunta el director del diario golpista. Pregunta totalmente fuera de lugar en un País en el que hasta el Rey trinca sin que la justicia ni los supuestos organismos que deben vigilar el buen funcionamiento de las diversas administraciones intervengan de una forma contundente.
¿Acaso no es Navarra también conocida como “El corralito foral”? ¿No ha habido casos de corrupción en nuestra comunidad? ¿Nos olvidamos de los casos de Caja Navarra, Egüés, Urralburu, el Circuito de los Arcos, los peajes en la sombra de la autovía del Camino, de la del Pirineo, del Canal de Navarra…?
Coincide, como no, el director del diario del alzamiento contra la legalidad democrática de la II República, con las intervenciones en el Parlamento en contra el nombramiento por parte de la formación de derechas.
Tanto el director, como el parlamentario Pérez Nievas, presentan el nombramiento como un reparto de cuotas, y fruto de una imposición de Bildu.
Y eso lo dicen quienes forman parte y han defendido desde su medio de comunicación, una coalición electoral donde se comparten cuotas con el Partido Popular, la formación más corrupta que existe, con sentencias judiciales firmes, y que, de aplicarse las leyes sobre partidos políticos, debería estar disuelto por los tribunales.
Por supuesto que es necesaria la existencia de una Oficina de Buenas Prácticas y Anticorrupción de la Comunidad foral de Navarra, sobre todo si en algún momento UPN, ya sea con sus actuales socios o con el PSN, vuelven a formar gobierno.
Ahí es donde le entra el canguelo al Sr. Riezu. Su predica suena a la alarma que invade al pirómano al enterarse de que se ha abierto un nuevo parque de bomberos.