¿Pero qué está pasando con los regadíos y la petición de más agua?
De entrada el Canal de Navarra lo estamos pagando entre todos a escote con nuestros impuestos y no en función de quienes se benefician del mismo.
Los agricultores del sur de Navarra, generalmente empresarios, con el fin de conseguir mayor rentabilidad económica, en los últimos años han puesto en regadío muchas hectáreas de tierras de secano. Pero como la “avaricia rompe el saco”, la otra cara de la moneda es la transformación en regadío de los suelos cerealista que antes no requerían de riego. Estos contaminan por nitratos la tierra, el agua y los acuíferos, ya que se emplea agroquímicos masivamente. Mucha de esa agua que les llega del Canal de Navarra, es para regar el maíz, cereal gran consumidor de agua y que nunca se ha sembrado en el pasado.
Pero como la avaricia de los hombres es infinita, la naturaleza a veces nos pone en su sitio. Como lo hemos sufrido este verano, el régimen de lluvias se está reduciendo paulatinamente y por lo que nos anuncian los científicos esto se agravará en el futuro. Por tanto, no por más construir canales va a llegar más agua a la Ribera. Puede llegar abundante en invierno, pero en esta estación no es necesario regar. No se trata de aumentar la oferta de agua, sino de adaptar la demanda a la disponibilidad existente.
Deberíamos tener esto en cuenta, porque en adelante se deberá gestionar el agua, no en función de los grandes consumidores como son los regadíos, sino como lo exige Ley de Aguas, que prioriza el abastecimiento a la población y después a los regadíos y usos agrarios. Finalmente a los usos industriales y ocio.
Como hemos visto esta semana, los efectos de una mala planificación del agua unidos a bajos niveles de pluviometría (Yesa bajo mínimos), provocan problemas de abastecimiento en algunas localidades, entre ellas Villafranca, que se suministraban de los acuíferos locales.
Las zonas contaminadas por nitratos en Navarra abarcan principalmente la cuenca baja del Aragón y la Ribera del Ebro. Los términos municipales situados en la margen derecha del río Aragón en la zona de Marcilla, Caparroso y Santacara, sufren una gran contaminación por nitratos. Esto tiene una grave implicación para el medio ambiente y la salud de esas poblaciones, algunas de las cuales, a día de hoy, aun se abastecen de agua de boca desde los acuíferos de la zona. También representa un problema para las industrias conserveras, las especies animales y los ecosistemas.
Por otra parte, lo de la contaminación no les preocupa si a cambio consiguen grandes beneficios. La avaricia de eso agricultores, el sindicato UAGN y varios ayuntamientos de la zona, recientemente se han opuesto a un Decreto Foral, que incluye en el catálogo de especies amenazadas de nuestra Comunidad, determinadas especies y subespecies de vertebrados de la fauna silvestre. Entre ellas, hay 10 especies de aves esteparias con diferentes grados de amenaza; 3 en Peligro de Extinción; 3 Sensibles a la Alteración del Hábitat; 3 Vulnerables y 1 de Interés Especial. ¿Cual es la razón? pues que “incide directamente de forma negativa en el desarrollo social, en las actividades económicas existentes y futuras y en el desarrollo urbanístico de las zonas afectadas…” O sea, el medio ambiente les resbala.
Diario de Navarra, tan sensible a desarrollo económico de la Ribera, olvida los constantes avisos de la ONU de que si seguimos dando la espalda al Medio Ambiente, el futuro (ya presente) de la humanidad está condenado.