El DIARIO DE NAVARRA ningunea el 50 aniversario de la revolución de los claveles en Portugal

Para ese panfleto reaccionario travestido de diario, la Revolución de los Claveles portuguesa, que sepultó de forma incruenta, con flores y abrazos, a una dictadura equiparable a la franquista en cuanto a longevidad no le merece más tratamiento que el de calificarla de “sublevación militar”.

En el ejemplar del periódico que avaló el golpe militar fascista de 1936 y la dictadura de Franco durante 40 años correspondiente al 25 de abril, la única referencia que se hace al cincuenta aniversario de la Revolución de los Claveles portuguesa es en el apartado de “Diario de Recuerdo”.

En un pequeño recuadro que no llega a las treinta líneas, junto con los recuerdos del triunfo hace 25 años del rejoneador Hermoso de Mendoza en la Maestranza, la plaga de las esparragueras en Tudela hace 100 años y la constitución de la Alemania del oeste hace setenta y cinco años, es toda la importancia que le merece al libelo de Cordovilla un hecho que marcó a generaciones de luchadores antifascistas de todo el mundo, incluyendo a las del Estado español.

Para ese panfleto reaccionario travestido de diario, la Revolución de los Claveles portuguesa, que sepultó de forma incruenta, con flores y abrazos, a una dictadura equiparable a la franquista en cuanto a longevidad, pero no así en cuanto a crueldad y barbarie (mucho mayor en la que se dio en la piel de toro), no le merece más tratamiento que el de calificarla de “sublevación militar”.

En el vergonzoso tratamiento que se da a un acontecimiento de repercusión internacional, el boletín oficial de la derecha navarrista, por supuesto que no dice nada como el movimiento después denominado “Los Capitanes de Abril”, críticos con la dictadura y las guerras colonialistas del régimen dictatorial instaurado por Oliveira Salazar, derrocó sin violencia al gobierno fascista de Marcelo Caetano, un miembro del Opus Dei. Secta religioso-política muy asentada en Navarra y que hoy en día es una de las que sustenta ideológica y materialmente al Diario de Navarra y a las elites económicas y políticas de la derecha en la Comunidad Foral.

La consigna más coreada cada 25 de abril en cada ciudad de Portugal es la de “¡Fascismo nunca mais!”. En esa fecha de 1974, se produjo algo que no se conoció en el Estado español; la comunión entre militares antifascistas y el pueblo, que bajo el símbolo del clavel enterró a una dictadura fascista, a pesar de que contaba con una policía tan cruel y sanguinaria como la PIDE, abriendo las puertas a la democracia en Portugal.

El ejemplo portugués no pudo ser seguido en el Estado español, primero porque no hubo apenas militares antifascistas, y los pocos que formaron la Unión Militar Democrática animados por el ejemplo portugués, fueron detenidos y encarcelados inmediatamente.Juzgados y expulsados del ejército, son los únicos casos excluidos expresamente en la aplicación de la ley de amnistía de 1977. 

En el Estado español, el dictador murió en la cama, dejando todo “atado y bien atado”. Nombrando a su sucesor. Manteniendo los aparatos del régimen que subsisten hasta ahora. La “transición española”, no tuvo nada que ver con ningún movimiento emancipador o antifascista, tipo Portugal, sino que inventó la quimera de que un régimen fascista instaurado tras un golpe genocida que ocasionó más de cien mil personas desaparecidas puede evolucionar desde dentro hacia un sistema democrático, bajo las premisas del olvido, la conciliación y la impunidad por los crímenes cometidos.

Por eso no resulta extraño que al Diario de Navarra no le merezca mayor referencia la Revolución de los Claveles portuguesa, porque las memorias combativas son una forma de luchar contra el fascismo y esa tesitura está en las antípodas de los valores que defiende ese periódico.