Una vez más el Diario de Navarra sigue manteniendo su línea de defensa del golpe militar de 1936 y de la dictadura franquista. Esta vez por medio del artículo publicado el 29 de agosto por el abogado Manuel Pulido, un habitual de su sección de opinión, portavoz del pensamiento más reaccionario de las elites que manejan desde siempre el “corralito foral” incrustados en importantes puestos de la administración.
Manuel Pulido ya no es Letrado Mayor del Parlamento de Navarra, pero sigue ejerciendo de ILETRADO MAYOR cuando en su envestida a la Ley de Memoria Democrática suelta barbaridades tan tremendas como esta: “con esta Ley se quiere reescribir la historia desde el bando hoy vencedor”. Identificando a los vencedores con el actual Gobierno, lo cual no deja de ser un insulto a la inteligencia, a la verdad y a las más de 114.000 personas todas ellas civiles que los fascistas de la Falange, los Requetés y los militares golpistas hicieron desaparecer en cuentas y fosas comunes.
Prosigue el derechoso letrado asegurando que lo que se pretende con esa Ley es “quitar de en medio del tiempo, cualquier recuerdo de lo que pueda ser una visión imparcial e histórica de la Guerra de España y el Régimen de Franco”. Por lo visto para el Sr. Pulido una visión imparcial de la Guerra de España y del Régimen de Franco no puede ser otra que la que durante todos estos años nos han vendido oficialmente: la del olvido, el silencio, la impunidad y la del que todos fueron culpables.
Fijándonos en el lenguaje torticero que usa el burócrata derechoso podemos darnos cuenta de su impostura. Utiliza el término Guerra de España ocultando que se trató de un golpe contra la legalidad democrática vigente, perpetrado por militares facciosos, apoyados por partidos de derecha y ultraderecha, por la Iglesia, terratenientes y grandes empresarios. Golpe que no triunfó en principio debido a la lógica resistencia del Gobierno democrático y al movimiento popular. Y que necesitó alargar el conflicto armado durante tres largos años para acabar ganando, gracias a la ayuda de gobiernos fascistas como el alemán y el italiano y a la inacción de la democracias occidentales.
Hablar del Régimen de Franco sin especificar que se trató de una dictadura fascista impuesta y mantenida por una represión genocida contra todas aquellas personas que no apoyaron el golpe de Estado, constituye una apología de los crímenes del franquismo.
A esta Ley de Memoria Democrática se le pueden hacer diversas críticas, sobre todo por las cuestiones que sigue dejando en el tintero, como es el garantizar el derecho a la justicia de las víctimas. Pero lo que no es admisible es que se la critique por querer borrar una parte de la historia, la del golpe de 1936 y la larga dictadura, y no hacer mención de que la violencia desatada por los militares, la Iglesia y la derecha tuvo como objetivo el borrar de la historia todos los logros conseguidos por la II República desde el primer día de su existencia. Y poner en pie una estructura económica, social e ideológica basada en la sobre explotación de las clases trabajadoras.
Es un ejercicio de cinismo el afirmar que esta Ley repara a las victimas de un único bando, cuando hemos sido testigos de como la Dictadura franquista dio sepultura a “sus” muertos, benefició económicamente a sus familias, levantó monumentos en su honor, les recordó con sus nombres en calles y plazas…, mientras las victimas de su represión siguen ocultas en cunetas y fosas comunes.
Para el Sr. Pulido lo correcto es dejarlo todo como está y no tocar nada en lo referente a los terribles crímenes cometidos por el franquismo. ¿Por qué? Pues porque lo que se hizo fue necesario y justo. Por eso se trata de un negacionista de los delitos de lesa humanidad cometidos.
Desde ese punto de vista el Sr. Pulido y el Diario de Navarra coinciden con la ideología de asociaciones como la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, Sus objetivos son los mismos: “conseguir el estímulo necesario para mantener despierto, vivo como el primer día de la Cruzada, el apego fervoroso a aquellos ideales santos que les impulsaron a abandonar su hogar para defenderlos con las armas en la mano”.
No nos extrañaría nada que el Sr. Pulido fuera uno de los asiduos a las misas que la Hermandad sigue celebrando en la cripta de los “Caídos” en honor a “sus muertos”.
El letrado Pulido, el Diario de Navarra y la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz encajan en una sociedad democrática como un cura en un burdel.