La noticia incluye las opiniones de los diferentes grupos políticos sobre el acuerdo. Información necesaria para que, quienes la lea dispongan de las valoraciones de grupos tan dispares como el PP, UPN, PSN y EHBildu, y de esa manera puedan formarse su propia opinión.
Hasta ahí, todo correcto. Pero el Diario de Navarra no puede quedarse en dar la información y los diferentes puntos de vista de los partidos. Tiene que añadir el “Apunte” de uno de sus redactores jefes, Marcos Sánchez (reconocido euskarafobo), entrando ya en la manipulación doctrinaria y demagógica. El título de su comentario lo dice todo: “Y Otegui dando palmas”,
Ejemplo notorio de lo que es un periodismo desprovisto de toda ética profesional, que lo que busca es manipular y orientar hacia el campo ideológico de la derecha a quienes le lean.
Si el Diario de Navarra tuviese un mínimo de principios democráticos y deontológicos propios de un periódico al servicio de la información y no buscase siempre el adoctrinamiento reaccionario, debería recordar, en el caso de la LORAFNA, como fue aprobada hace más de cuarenta años.
Debería mencionar como la comisión mixta Diputación-Gobierno encargada de su elaboración, estaba compuesta por siete miembros pertenecientes a UCD, PSOE y UPN, habiéndose excluidos a todas las demás fuerzas. La representación del Gobierno central estaba presidida por el perpetrador de la agresión en los sanfermines de 1978, Martín Villa.
Debería refrescar la memoria de como esa comisión mantuvo un total de 12 reuniones oficiales durante un año y 2 meses, en los cuales nunca se informó de la marcha de las negociaciones al resto de componentes de la Diputación.
Y, sobre todo, debería mencionar el dato, no precisamente baladí, de cómo se escamoteó al conjunto de la sociedad navarra el derecho a pronunciarse. Siendo el único estatuto de autonomía que no ha sido refrendado por la ciudadanía.
La LORAFNA, lejos de como la han querido vender, no fue un pacto entre iguales, sino un Estatuto uni-provincial, cocinado entre un Estado conquistador y sus vasallos de un antiguo reino sometido por la fuerza. Con menos competencias de otras Comunidades Autónomas, y sin olvidar que en el transcurso de los más de cuarenta años transcurridos ha habido 19 recursos contra leyes forales presentados por diferentes gobiernos del Estado, que han condicionado y limitado la capacidad legislativa de Navarra.
Por lo que resulta de todo punto de vista lógico, que una ley que se gestó de tal manera, y que ha recibido tantos recortes y ataques, además del desgaste que supone el largo tiempo transcurrido, deba ser actualizada.
No, como afirma el tendencioso y procaz plumilla Sánchez: “porque Navarra, tal y como está no le gusta al nacionalismo”, sino porque Navarra tal como está y sin que pueda mejorarse, no gusta a la ciudadanía navarra, aunque si al nacional catolicismo español opresor de pueblos que defiende el Diario de Navarra.