Siendo muy alto el grado de impostura que el amanuense del Partido Popular alcanza en cada uno de sus libelos, el publicado el día 19 de julio de 2024, bajo el título “Al hilo del pobre de mí” rompe todos los techos, constituyendo un obsceno panfleto preñado del más puro y reaccionario nacional catolicismo.
Comienza su repugnante perorata afirmando que por consejo de los servicios de seguridad, lleva mucho tiempo ausente de los sanfermines. Sin embargo las razones de esa ausencia pudieran más bien estar en una pegatinas que corrieron como la pólvora en los sanfermines de 1980 y que simulando un billete de 1000 pesetas con su careto, contenía la siguiente leyenda: “¡Cuidado con las carteras que viene Del Burgo!”
Y es que en abril de ese mismo año, la Diputación Foral de la que Del Burgo era presidente, acordó su destitución y llevarlo a los tribunales por malversación de fondos públicos en el asunto FASA. Por la concesión de un anticipo de 81 millones de pesetas a la mencionada empresa, de la que el mismo Del Burgo era accionista. Anticipo que nunca fue devuelto, y aunque el asunto no terminó en ninguna sentencia condenatoria, lo cierto es que se ocasionó un serio perjuicio a la hacienda pública.
Todo ello pone de manifiesto la querencia que el personajillo tiene por el dinero. De hecho, una de sus funciones en el PP ha sido la de trasladar en sobres compensaciones económicas para sus correligionarios navarros. Por lo visto el sistema de transferencias bancarias no es considerado por el partido como una vía segura y transparente de funcionar. Se supone que los sobres iban lacrados para evitar tentaciones cleptómanas del mensajero Del Burgo.
O tal vez su ausencia de las fiestas de Iruñea se deba a que, dada la desproporción existente entre la cabeza y el resto del cuerpo, la chiquillería pudiera confundirle con un componente de la comparsa de kilikis.
Prosigue su manipulado articulillo pidiendo un monumento para el rey Felipe II de Castilla y Aragón, por la construcción de las murallas de Iruñea, declaradas hoy como Monumento histórico-artístico. Olvida el juntaletras reaccionario que ese monarca fue rey de Navarra por herencia de conquista de su bisabuelo Fernando el Falsario (también conocido como el Católico). Que mandó amurallar Iruñea como ciudad conquistada. Por supuesto, ni nombrar que el Cardenal Cisneros, al servicio del rey de Castilla y Aragón, mandó destruir todos los castillos y fortalezas de los rebeldes navarros para que no quedase ningún símbolo de su resistencia a ser colonizados e incorporados por la fuerza a la corona de Castilla. ¿A cuento de qué es necesario un monumento a un rey usurpador del reino de Navarra, sino es en la mentalidad de un vasallo que se somete voluntaria y gustosamente al conquistador?
Todo esta pobre disertación, cuyo único sentido es el de servir de relleno para dotar de apariencia de artículo a algo que no llegaría a una columnita en el periódico, para entrar en el meollo del panfleto. Que no es otro que arremeter contra la placa explicativa de la estela en recuerdo del asesinato (él llama muerte, como si hubiese sido por un problema cardiaco) de Germán Rodríguez.
Y aquí es donde las mentiras y manipulaciones de la realidad alcanzan las mayores cotas. Primero dice que la estela está colocada en el lugar donde murió Germán, cuando eso es radicalmente falso, y el mendaz Del Burgo lo sabe. Germán fue alcanzado por una bala disparada por la policía en el lugar donde ahora se encuentra el “soberbio” (en expresión del artero Del Burgo) Monumento al Encierro. Que por obra y gracia de la afortunadamente olvidada Yolanda Barcina, ocupó en el lugar que la ciudadanía en espontanea movilización había colocado desde el principio la estela, usurpando el lugar e intentando secuestrar y hacerla desaparecer. Pretensión que fracasó debido a la presión popular.
Prosigue el mendaz diciendo que el franquismo no tiene nada que ver con los sucesos en Iruñea del 8 de julio de 1978. Como si el franquismo hubiese desaparecido con la muerte del dictador. Cuando todas las instituciones del Régimen permanecían intactas en 1978. De hecho el Tribunal de Orden Público franquista en un día de 1977 pasó a denominarse Audiencia Nacional con los mismos jueces y atribuciones. Las fuerzas policiales era las mismas y actuaban de igual manera contra el pueblo. Los políticos que hacían el saludo falangista de un día para otro se convirtieron en demócratas de toda la vida. Los Suárez, Martín Villa, Fraga y un largo etcétera copaban el poder. El propio Del Burgo que se había criado a los pechos de su padre (un carlista reconocido por su papel activo en el golpe de 1936), y que nunca había movido un pelo contra la dictadura de Franco, fundó en el año 1976 el Partido Social Demócrata Foral de Navarra, que en el año 1977 se integró en la UCD junto con los falangistas Suárez y Martín Villa.
Está perfectamente documentado que entre 1975 y 1983 fueron asesinadas 188 personas, por violencia institucional; es decir, policía, guardia civil, grupos de extrema derecha y mercenarios ligados a los aparatos del Estado… El común denominador de la inmensa mayor parte de estos asesinatos es que resultaron impunes. Esto fue así, bien porque nunca se abrió procedimiento judicial alguno al respecto; bien porque cuando esto ocurrió fueron después archivados (Sanfermines de 1978); bien porque, caso de seguir adelante, nunca hubo sentencia condenatoria alguna; o bien, por último, porque a las ínfimas penas impuestas les fueron aplicadas pronto generosos terceros grados, gratuitas libertades provisionales o vergonzosos indultos.
Nunca en las últimas décadas se había padecido una represión policial tan gratuita, indiscriminada y criminal como la vivida en Gasteiz, el 3 de marzo de 1976, o durante los Sanfermines de 1978. Nunca se había ametrallado a cientos de obreros saliendo de estampida de una iglesia previamente gaseada por la Policía, ni se había disparado botes de humo y gas, pelotas y fuego real contra la gente en una plaza de toros ocupada por veinte mil personas.
Eleva el tono negacionista y manipula el falsario cuando llega al extremo de atribuir el alzamiento fascista de julio de 1936 y el enfrentamiento armado que le siguió, al “golpe de estado del PSOE y la UGT contra la República para instaurar la dictadura del proletariado en octubre de 1934”. Cuando en realidad se trató de una huelga general, abortada por la autoridad republicana y cuya consecuencia inmediata fue la entrada en el Gobierno de la derechista CEDA, que, a pesar de estar en el Gobierno republicano, no llegó nunca a reconocer la legitimidad de la II República.
Los únicos golpistas fueron los sectores derechistas y la Iglesia que lo intentaron en agosto de 1932 en respuesta al triunfo republicano-socialista de 1931, y volverían a hacerlo en julio de 1936, tras su derrota de febrero ante el Frente Popular.
Recientes investigaciones de historiadores serios, no como Del Burgo, demuestran documentalmente la existencia de contactos secretos entre conspiradores españoles y el régimen fascista italiano desde el inicio de la instauración de la II República en 1931. De eso sabía algo el requeté Jaime Del Burgo Torres, padre del escribano.
Centrándose en el año 1978, es cuando llega al culmen del delirio faccioso. Solo a una mente atacada por una gravísima enfermedad en grado terminal, se le puede ocurrir afirmar que Germán Rodríguez “falleció cuando participaba, como verdadero revolucionario, en el intento de linchamiento de una dotación de la Policía Armada…” Y esa deleznable afirmación la hace como “testigo directo de los hechos”.
Podemos imaginarlo, subido a un taburete para poder llegar a la ventana de su vivienda en la Avenida de Roncesvalles, oteando con las cortinas y la persiana bajada, viendo como Germán armado con su pañuelo de sanfermines acometía contra una furgoneta de la Policía para lincharlos…Ni al cerebro más demente se le ocurre tal falacia, y menos ponerla por escrito en un medio de comunicación, sin que se le caiga la cara de vergüenza. Solo a un mentecato que se considera el rey del mambo, con bula para soltar todas las patrañas que su retorcida mente pueda inventar, sabiendo que goza de total impunidad, puede atreverse a cuestionar la verdad y la realidad de una forma tan burda y rastrera.
Germán murió, no fue asesinado, cuando atacaba a la Policía: “En medio de botes de humo y pelotas de goma sonaron varios disparos. Uno de ellos alcanzó a Rodríguez” …” Es falso que hubiera un plan del Gobierno de UCD para aterrorizar al pueblo navarro e impedir su integración en Euskadi”.
La Comisión Investigadora de la Ciudad de Iruñea, compuesta por:
– El Pleno del Ayuntamiento de Pamplona.
– Parlamentarios navarros del PNV y PSOE.
– Partidos políticos (PSOE, PNV, ORT, EIA, EMK, LKI, OIC, EKA, PCE, ESEI, PTE, EKIA, ESB, ANV, HASI, LAIA, UNAI.
– Centrales sindicales: CCOO, UGT, ELA-STV, LAB, SU, CSUT, USO.
– Coordinadora de AAVV.
– Entidades ciudadanas: Ikastolas, Herrikoa,…
– Organizaciones juveniles: ET-GKL, EGAM, EGG, JGR, PIC, UJM, EGI, GAI, AIA,
– Organizaciones feministas: ULM, ADM.
– Entidades profesionales.
– Consejeros forales.
– Y el apoyo expreso de los miembros del Consejo General Vasco, Txiki Benegas y Juan Mª Bandrés.
Y que por lo visto ninguno de sus componentes fueron testigos de los sucedido, todo lo contrario del mentiroso Del Burgo, sacaron un comunicado el 11 de julio de 1978, tres días después del asesinato de Germán Rodríguez y de la mayor agresión criminal realizada en las últimas décadas por la Policía en Iruñea-Pamplona, en el que se afirmaba:
– “La intervención de la policía en la Plaza de Toros el día 8 no es un hecho casual. Antes al contrario, es premeditado y se encuentra en la línea de las provocaciones fascistas que en repetidas ocasiones vienen sucediéndose en todo el Estado Español (Vitoria, Montejurra, Málaga, Tenerife)”.
– Lo anterior “pone de manifiesto la tolerancia del gobierno hacia una parte de los mandos de las FOP y de otros sectores del Estado claramente fascistas. El Gobierno, lejos de adoptar medidas contra ellos, los tolera y en la práctica, los protege”.
– Se exigía en consecuencia “establecer las responsabilidades que correspondan y lograr el castigo de las autoridades culpables, a todos los niveles, de la actuación policial”, reclamándose en consecuencia la “dimisión del Gobernador Civil de Navarra y del ministro del Interior”.
Es una constatación ampliamente sentida por la mayoría del pueblo de Iruñea que la actuación policial en la plaza de toros había sido planificada. Era evidente la exagerada presencia policial en las cercanías de la plaza previa a la corrida. La carga brutal contra la gente que ocupaba el ruedo, las pelotas de goma, botes de humo y gas y munición real disparada contra los miles de personas que ocupaban los tendidos…, no fue fruto de casualidad alguna, ni tampoco de ningún error. Se trató de una actuación alevosa y criminal realizada por la Policía; es decir, un crimen de Estado.
La realidad es tozuda y, afortunadamente existen cantidad de testigos fiables, no como el torticero Del Burgo, que demuestran la existencia de una agresión planificada y brutal contra la población. Lo que viene a demostrar el grado de falsedad y manipulación que alcanza Del Burgo. Lo culmina en su apestoso y grosero articulillo, cuando acaba afirmando que la Ley de Amnistía afectó a “todos los miembros de LKI encarcelados por su conexión don ETA”, cuando en realidad la amnistía se aplicó a todos los torturadores y asesinos de la dictadura y a los golpistas de 1936, entre ellos a su padre. Ninguno fue juzgado por la barbarie que cometieron en Navarra, donde no hubo frente de guerra, asesinando a más de 3,500 personas, muchas de ellas aún enterradas en cunetas y simas.
Más le valdría al Diario de Navarra volver a sacar en un 19 de julio la primera pagina que publicó tal día pero de 1936, para su vergüenza y para que sus lectores tomen conciencia de su carácter fascista.
Dicen que sin memoria no hay democracia, pero ni el Diario de Navarra ni Del Burgo son partidarios ni de la memoria ni de la democracia.